Podrán imaginar que en tantos meses de ausencia pasaron millones de cosas. Pasaron millones y ninguna también.
Vamos al grano, a lo que compete este espacio, sigo más sola que neurona de modelo. Bueno, sí, a principio de año empecé a salir con un chico divino que vivía dejandome plantada. ¿Cómo terminó? El señorito que estaba tan enamorado desapareció de la faz de la tierra. Así de repente, de la nada misma. Fue abducido por ovnis, no sé... es una posibilidad.
Lo que sé es que el 4 de marzo le mandé un mensajito para ver a que hora calculaba que iba a llegar a casa al final (lo estaba esperando hacía ya unas horas) y todavía estoy esperando la respuesta.
No, en serio, tengo un radar importante para detectar a los hombres más boludos e hijos de puta del mundo. Estoy harta, en serio. Lo voy a poner en mercado libre así aunque sea gano un par de ¿millones? dólares. Bueno che... no cualquiera tiene un arma como esta, además no falla nunca. ¡Es infalible! Eso cotiza.