De Guatemala a Guatepeor...

Me gusta un hombre. Me gusta un hombre que vive a 1.300kms de mi ciudad. Me gusta un hombre que vive a 1.300kms de mi ciudad y que nunca ví en mi vida. Me gusta un hombre que vive a 1.300kms de mi ciudad, que nunca ví en mi vida y con el cual probablemente nunca jamás pase absolutamente nada (quizás por eso me gusta y no me da miedo).

Patético y desastroso, lo sé.

Él lo sabe… él sabe que me gusta. Él dice que lo estoy idealizando. Sea lo que sea, el resultado es el mismo. Me gusta.

Sé que todo esto puede sonar tonto o inmaduro, al fin y al cabo no lo conozco. Puede ser entonces que él tenga razón y que en algún punto lo esté idealizando pero yo no siento que sea así. A pesar del corto (pero bastante profundo, al menos por mí parte) intercambio de ideas, palabras, las (más de) doce horas seguidas que nos hemos pasado hablando sin parar, noches en vela conversando hasta las nueve ó diez de la mañana; yo le tomé mucho cariño.

Él es una muy linda persona. Es más bueno que Lassie atado, como él dice. Es super inteligente y la inteligencia es algo que para mí no tiene comparación. Es enteramente bello, en su interior y en su exterior (aunque poco me importa el exterior). No estoy obnubilada, no estoy ciega, sé que no es perfecto (por suerte nadie lo es) pero a mi me gusta. Así como es nomás, al menos hasta donde lo conozco.

Ahora, por cuestiones de la vida, no vamos a poder continuar compartiendo noches en vela o conversaciones de catorce horas y siento que perdí algo valioso y estoy triste. 

Intercambiaremos e-mails, le mandaré cartas, faxes, telegramas, señales de humo, pero ya no será igual.

Ahora solo me queda esperarlo. Él va a venir a visitarme dentro de unos meses, cuando todos sus temas personales en su ciudad se arreglen. Solo me queda esperarlo… como la loca del muelle de san blas.