¿Por qué por qué por qué?

Ayer al mediodía, antes del bautismo de mi sobrino, fui a un almuerzo-reunión que organizó un cliente. Agradecido por toda mi ayuda y asistencia me invitó. Para él era importante agradecerme por mi ayuda de alguna forma  así que decidí ir. Además sinceramente he tomado cariño con él y con su familia.

En la reunión social con clientes de trabajo me encontré con mucha de la gente que yo asistí cuando llegaron a Argentina. Mayormente era toda la camada que vino de Brasil, pero habían compañeros de trabajo de ellos que son argentinos y que mi cliente quiso invitar.

Fue una reunión super agradable y fue muy lindo poder compartir un encuentro social con todos ellos. Estaban allí tambien mis primeros clientes de todos. Los había conocido el primerísimo día que empecé a trabajar en esta empresa. El día qué no sabía casi nada de nada, de cómo manejarme, que no me acordaba cómo se armaba una frase coherente en portugués, nada. Me dediqué a estar callada y observar a mi compañera que hacía 8 meses estaba en la empresa.

A mi me había tocado asistir a Sidnei (aunque no parezca, es un hombre) y a mi compañera a Jorge.

Jorge es un brasilero alto, flaco, morocho, con una musculatura definida pero no excesiva de esos que las remeras negras les quedan pintadas. Muy bonito a mi entender. Cero bola a mi, obvio. En su momento yo me preguntaba por qué a mi me había tocado con el zapallo de Sidnei y a mi compañera el buenmozo de Jorge. 

El tiempo pasó y ayer me los encontré a todos de vuelta en la reunión. Obviamente que a un año y medio de trabajar en la empresa donde trabajo y estando en una reunión social, yo era otra persona a los ojos de terceros. 

Esa misma noche, anoche, me encontraba en la tranquilidad de mi hogar mirando una película y en eso veo una barrita destellante naranja en la barra de inicio de mi computadora. Provenía de mi msn, alguien me hablaba... me llevé una gran sorpresa al ver que no era nadie que yo hubiera esperado que me hable. Incluso no tenía a esa persona dentro de mis contactos.

Era Jorge.

Me sonreí. En ese momento, antes de que dijera nada, yo supe había causado una buena impresión en él. Sinceramente no lo noté en su momento, y tampoco le presté especial atención en el almuerzo, (y no me imaginé teniendo sexo salvaje con él para nada) honestamente ya no me interesaba. Pero su acercamiento via msn me dio la pauta de que yo le había llamado la atención.

La conversación se desarrolló durante un largo rato donde se hizo evidente que me encontró atractiva y no se preocupó por ocultarlo. Me dijo que estaba muy diferente a como me conoció, callada, tímida y otros etcéteras que me dieron la pauta de que yo había sido más observada por él de lo que en su momento pude percibir.

Cuando me iba manifestó, una vez más, que esperaba poder verme pronto.

Lamentablemente, es un cliente y salir con él puede llegar a costarme mi trabajo. Realmente, no vale la pena. Además sucedió algo muy curioso;. el hecho de que yo le interesara a él no hizo que él me interese a mi automáticamente como hubiese pasado quizás en otro momento de mi vida. Pude ver que no tiene nada que me pueda llamar la atención. Bueno, salvo su cuerpecito... pero es muy poco como para arriesgar mi trabajo por eso.

Punto para mi autoestima! Me faltan 99 para llegar a 100... 

4 valientes me dicen...:

Guerrero de luz | 25 de abril de 2010, 15:49

emmmm...no creo que tu autoestima este en 1..., me parece que esta mucho mas arriba...


besos...

loro711 | 25 de abril de 2010, 22:22

Joya.

Saludos.

La Gorda | 26 de abril de 2010, 20:51

Hay cuerpecitos que valen la pena un mugroso trabajo de oficina. Pero si este no lo valía, felicitaciones! tenes un buen trabajo!

Lola | 26 de abril de 2010, 23:14

arriba ese animo, como falta 99? ni ahi!!!